año, un solo ataque al Sistema de Pagos Electrónicos Interbancarios (SPEI) generó pérdidas de 300 millones de pesos en el ciberataque (El Economista, 2018). Hay FinTechs como Tesseract que ofrecen tecnologías de autenticación y criptografía a precios accesibles para que las plataformas que gestionan datos financieros sensi- bles puedan protegerlos y generar mayor confianza en sus usuarios. Otras startups, como DILE, permiten analizar patrones en los datos para hacer pre- dicciones y construir filtros que con el tiempo permitan prevenir o reducir el impacto de los fraudes. En un ecosistema que está mutando de rompecabezas rígido a caleidoscopio diná- mico, todas las posibilidades y retos pasan por la economía de los datos. El siguiente capítulo profundiza en cómo se ve esta economía de los datos en el eco- sistema financiero, particularmente entre los bancos, que son los administradores de los datos, y las FinTechs, que proveen muchas de las herramientas para actuar sobre ellos. UN CAMINO DE DOBLE SENTIDO 65
