capítulo 02 LOS DATOS SON DEL CLIENTE Durante la historia del sistema financiero la forma de operar de la Banca ha sido: «Tú eres mi cliente, haces depósitos, retiros, pagos, recibes préstamos y te doy acceso a estados de cuenta o consultas por Internet, cajeros y mensajes de texto para que sepas cómo vas, pero la información resultante de tus operaciones y los patrones de comportamiento que emergen no te pertenecen, son de la institución». La entidad financiera los puede usar o no para crear un perfil del cliente —herramien- tas para entender su comportamiento dentro de las competencias del gran oficio de la Banca— y así intentar ofrecerle un mejor producto o servicio en el futuro. Cada banco acumula información sobre las personas físicas o morales que operan con él, pero para un cliente de dos o más entidades, sus datos están fragmentados. Cada cual actúa como si fuera un ente distinto, círculos de un archipiélago financiero en el que no hay puentes sino silos cerrados que no consideran al cliente como un todo... esto se acabó y ¡enhorabuena! Los datos son a la economía del siglo XXI lo que fue el petróleo a la economía del siglo XX. Se fortalece el derecho de los clientes a su propia información. Tiene el derecho de ir a una empresa financiera y decirle: «Mira, soy cliente de la empresa B, te doy permiso para que tu empresa conecte a la que me da servicio hoy para conocer mi his- torial de retiros, depósitos y pagos, entre otros, y que con esa información me analices y veas si me puedes ofrecer un mejor producto o servicio». UN CAMINO DE DOBLE SENTIDO 25
